En un entorno empresarial caracterizado por su volatilidad, incertidumbre y complejidad, la capacidad de anticiparse al futuro es esencial. Las expectativas sobre las direcciones que tomarán los negocios son elevadas, y los gerentes se ven obligados a construir escenarios posibles para adaptarse con agilidad. En este artículo, exploraremos cómo visualizar el futuro es fundamental para la construcción de marcas y cómo las empresas pueden llevar a cabo esta tarea de manera efectiva.
El Rol Fundamental de la Visualización del Futuro
Para prosperar en un mundo en constante evolución, las compañías y sus marcas deben ser capaces de adaptarse rápidamente a las demandas cambiantes de la sociedad y las preocupaciones medioambientales. Visualizar el futuro desde el presente es esencial para comenzar a construir un mundo mejor. Aunque no podemos predecirlo con certeza, podemos percibir las tendencias y necesidades emergentes, y estas percepciones deben integrarse en nuestros planes de acción.
Branding: Un Activo a Largo Plazo
El branding, al igual que la planificación empresarial, es un activo que se desarrolla a medio y largo plazo en función de las expectativas de futuro. Las marcas que se mantienen estáticas rápidamente pierden relevancia y quedan a la zaga en un mundo en constante cambio.
Visualizar el Futuro: Un Desafío Complejo
Visualizar el futuro y diseñar planes de acción para alcanzarlo es un desafío complejo. Para que las acciones de una compañía estén alineadas con una visión de futuro sólida y para que construyan relevancia, es necesario considerar dos niveles organizativos clave: el cognitivo teorético y el pragmático.
Elementos Cognitivos en la Visualización del Futuro
En el nivel cognitivo teorético, tres fundamentos básicos se entrelazan en la construcción de una visión de futuro:
Creencias: Representan la idea superior que permite visualizar el futuro deseado. Estas creencias se basan en la percepción del estado actual del mundo y su potencial evolución.
Deseo: Refleja la voluntad y la pulsión que impulsa a la acción. Los deseos se satisfacen cuando las acciones efectuadas cambian el mundo de acuerdo con la visión.
Intención: Actúa como un puente entre la teoría y la práctica, permitiendo que la compañía traduzca sus creencias y deseos en acciones concretas.
Elementos Pragmáticos para el Éxito
En el nivel pragmático, tres elementos son fundamentales para llevar a cabo las intenciones de manera efectiva:
Medios: Representan las herramientas y recursos necesarios para llevar a cabo las acciones. Esto puede incluir tecnología, modelos de negocio o la propia marca.
Símbolos: Son la representación de los significados asociados a las creencias y acciones de la compañía. Los símbolos influyen en la percepción de la marca y su actividad.
Sistemas: Establecen el marco de normas y procedimientos que dan coherencia y orden a las intenciones y acciones de la empresa.
El Equilibrio entre Niveles
El éxito radica en el equilibrio entre los niveles cognitivos y pragmáticos. Puede haber creencias sobre un futuro sostenible, pero si no existe el deseo suficiente de actuar en consecuencia, o si faltan los medios y un plan de acción, el progreso será limitado. La combinación adecuada de estos elementos es clave para el éxito a largo plazo.
Conclusión
Saber por qué y para qué existes es fundamental para cualquier empresa. Sin embargo, la verdadera fuerza proviene de la intención de convertir esas creencias y deseos en acciones concretas. Visualizar el futuro y planificar estratégicamente es la base de un crecimiento sostenible y experiencias significativas que conecten con las personas.
En Folks, estamos aquí para ayudarte a establecer un plan de futuro sólido y activar el propósito de tu marca.