Como especialistas en Branding, nos ganamos la vida creando y contando historias. Recopilamos datos de la voz del cliente, de los empleados, construimos marcas, definimos visiones, publicamos campañas, mostramos resultados y diseñamos experiencias. Todo ello son historias. Muchas veces, sin ser conscientes, creamos, contamos y participamos en historias diariamente e influimos en los demás a través de ellas. Tenemos el poder de cambiar la narrativa del mundo.
Las narrativas están profundamente arraigadas en nuestras culturas. Una narrativa muy común es la del «American Dream»: una narrativa que promete prosperidad y esperanza, la promesa de que el trabajo duro lleva al éxito. Esta historia tiene dos antítesis: la falta de oportunidad y la pereza. En consecuencia, las narrativas configuran qué creemos y cómo debemos comportarnos en un determinado paradigma. En este caso, si no consigues el éxito es que eres un fracasado. Pero, ¿no es así, verdad?
Las narrativas a menudo son inexactas y engañosas. Y es responsabilidad nuestra, y de las marcas, provocar los cambios narrativos. El cambio narrativo es la estrategia de cambiar los patrones incrustados en las historias que contamos en la cultura. Las historias también pueden servir para empoderar y humanizar. Si podemos cambiar las historias, podemos cambiar la forma en que la gente entiende el mundo.
Un cambio narrativo exitoso puede convertirse en un catalizador para que ocurran otros tipos de cambios sociales o estructurales. El cambio sucede cuando una colección de historias trabajan juntas para formar un patrón que promueve narraciones precisas y empoderadoras. Las marcas tienen el reto de ganarse a una audiencia ideológicamente, puede construir un mayor compromiso y realizar acciones compartidas hacia el cambio, como compartir intereses, el mensaje, comprar sus productos, unirse a su causa, donar o votar.
¿Por qué las Marcas deberían esforzarse por cambiar los patrones en las historias que comparten?
Porque las narrativas influyen en cómo las personas perciben los problemas que abordan las organizaciones. Y esto determinará si una persona se involucra en tu causa, qué medidas tomará y cómo actuará en consecuencia. Como dice el estratega narrativo Ryan Senser: “La narrativa es una estrategia hacia un fin; una herramienta para reestructurar la forma en que las personas sienten, piensan y responden al mundo”.
En Folks ayudamos a marcas y negocios a planificar estrategias que provocan cambios narrativos. Una estrategia es un plan para lograr un objetivo en un largo plazo. Tu estrategia es la guía de por qué y cómo vas a crear el cambio. Debe definir cuál es tu propósito, cómo van a ser los mensajes, el estilo de comunicación, y tu carácter o personalidad.
Estas son algunas preguntas básicas que aborda un plan estratégico de cambio narrativo: ¿Qué opiniones, creencias o comportamientos deben cambiar para que alcances tu meta? ¿Cómo llegarás a esas personas? ¿Cómo sabrás si has tenido éxito?
Una consideración importante al construir tu estrategia es si vas a ser el tipo de marca que moviliza a las personas para que estén alineadas ideológicamente contigo y actúen en consecuencia o, más bien, persuades a las personas que tienen puntos de vista opuestos para generar un cambio de mentalidad. Estas acciones no son excluyentes, pero se debe valorar cuál es la mejor estrategia para tu organización y qué posibilidades tienes para llevarla a cabo.
¿Inspiras a la acción o cambias mentes?
