Los negocios deben ser conscientes de las profundas necesidades humanas, responsabilizarse de sus impactos en el mundo, incorporar una variedad de perspectivas en la toma de decisiones, así como aplicar enfoques sistémicos y multidimensionales para reconocer la interconexión de los desafíos sociales, ambientales y comerciales. Esta conciencia les permite crear experiencias y aplicar soluciones sensibles al contexto que generen una conexión significativa y valiosa con las personas.