Los negocios necesitan adoptar una mentalidad de crecimiento orientada hacia la mejora continua y la innovación, estar cómodo con la incertidumbre y adaptarse creativamente a la transformación constante de la sociedad y la cultura. Los negocios vivos pasan de decisiones reactivas a estrategias adaptativas, diseñan con la participación de diversas perspectivas y priorizan el progreso sobre la búsqueda de la perfección. Esta vitalidad crea relaciones más profundas con las personas a las que quieren llegar y conduce a productos, servicios y experiencias más profundas y mejor diseñadas.